mi historia fantástica
El primer
Coguila de la historia
Hace muchos años en mi
casa, en Palermo, estaba con mi amigo Maxi viendo una película de Jim Carrey,
cuando escuchamos que había golpes en el pasillo. Tanto el como yo pensamos que
era la vecina que siempre hacia fiestas y con la cual no me llevo bien. Entonces
abrimos para ver qué era y vimos algo
bastante inesperado; Era como un águila pero con patas y cabeza de conejo.
Tenía el pelo gris y los ojos bien grandes, dos filas de dientes y era del
tamaño de un labrador.
Al momento Maxi se desmayo y yo, lleno de
curiosidad y de miedo, la agarré y la llevé al departamento tratando de
entender qué era o cómo había entrado. Le dí de comer verduras pero no la
aceptó, así que le dí un pancho que había sobrado del mediodía. Cuando termino de
comer, se durmió. Lo deje en el colchón rogando, que no lo llenara de pelo y
empecé a pensar qué iba a hacer con ese
bicho raro al día siguiente y cómo se lo iba a tomar Maxi.
Al otro día me despertó Maxi pidiéndome, que por favor, sacara
al Coguila, nombre que le puse al extraño animal, porque si no, iba a llamar a
la policía, entonces le dije que se fuera a caminar que yo me encargaba de eso.
Muerto de miedo se fue sin decir nada, contento de mi decisión. Me quedé con el
animal y empecé a pensar, pero él no
podía dejar de volar a mí alrededor, me distraía de mis pensamientos y empecé a perseguirlo por
toda la casa y así, hasta que llego Maxi y se enojo por que todavía estaba el
animal ahí.
-¿Vos me querés matar, no?-
dijo Maxi, sin poder tranquilizarse.
-Perdón, es que me
entretuve jugando. Mirá, si lo tocas es re…-
-¡basta!- me interrumpió
Maxi.
-brrrr, brrr- gruño el
Coguila.
Maxi empezó a reírse disimuladamente, pero yo me di
cuenta y le dije que con reglas, ésto iba a poder ser posible y él no lo quiso
aceptar por que es muy orgulloso y no se puede retractar, pero con dificultad
acepto. La condición fue que lleve al
animal a un veterinario y que avise a un
biólogo sobre esta nueva especie. Fue tanto el éxito del Coguila, que fue al programa
de Susana y tuvo una película dirigida por Campanella.
Obviamente con lo
sentimental que soy me encariñé con el Coguila y hasta el día de hoy lo tengo.
Esta por cumplir veinte pirulos. Maxi con el tiempo se ablandó y lo fue
queriendo como yo, pero sigo con la misma duda de hace veinte años; ¿como había
entrado el Coguila al edificio?
Aunque todavía faltan algunos acentos, ¡está mucho mejor, Tomás!
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